La temporada regular del fútbol americano colegial de los Estados Unidos ha llegado a su fin, y con tan solo los partidos que definirán las distintas conferencias por delante, todo empieza a verse un poco más claro de cara a lo que será el College Football Playoffs.
Si bien no podemos meternos en la cabeza del Comité, el cual ha tenido decisiones polémicas a lo largo de los años, casi con seguridad se puede decir que son tres los programas que tienen abrochado, independientemente de lo que pase este fin de semana, su lugar en las semifinales.
Georgia Bulldogs, Michigan Wolverines y los sorprendentes TCU Horned Frogs han hecho lo necesario para clasificar, quedando invictos durante la campaña regular, y esperarán por la definición en ese cuarto lugar de las semifinales y, obviamente, ordenarse de la mejor manera.
Con las finales de conferencia en el horizonte, se tendrá que prestar una especial atención a lo que pase en la Pac-12, donde USC enfrentará a Utah, y la SEC, donde Georgia se medirá a LSU. Tal vez la Big-12, con TCU enfrentando a Kansas State, tenga algo de injerencia en el cuadro final.
Tardé en encontrarle la vuelta, pero la NFL me dió su primer bosquejo en el Super Bowl XLV, allá por 2011. De ahí en más, mi fascinación y conocimiento por este deporte han ido en ascenso y desde el 2017 cubro lo que me gusta llamar como la liga más bonita del mundo. Periodista creyente de que hay una mejor manera de informar. Scout aficionado. Mis compañeros me dicen que soy el “CEO”. Acerero.
Empecé a ver la NFL por el 2010-2011, pero de forma poco constante. En 2012 el deporte me empezó a gustar y en 2014 me terminó de enamorar. La inteligencia y la estrategia con la que se juega es algo que me hizo valorarlo mucho. Participo en los podcasts y escribo historias y rankings en la sección de College. Un enfermo de ver tapes y scoutear jugadores, siempre en el buen sentido. Panther gracias a Cam y sobre todo, a Kuechly.
Nací en Rosario, Argentina. Soy analista de football americano profesional y colegial en No Huddle. Mi pasión por el deporte comenzó en 1996, año en el que nací. Mi padre festejó la llegada al mundo de su hijo con el título de sus queridos Green Bay Packers en el Super Bowl XXXI. Desde entonces, vivo por el ovoide y por los Packers, franquicia de la que soy confeso hincha por herencia. Es imposible que estemos todos de acuerdo, pero el respeto y el profesionalismo no se negocia.
Economista de carrera, escritor por pasión. A los diez años mi viejo me regaló la 13 de Dan Marino y desde entonces el aqua y naranja corre por mis venas. Después de algunas temporadas de amor/odio, el deporte se convirtió en casi una obsesión. Me encanta analizar los Xs & Os y puedo invertir fácil 20 minutos de mi día mirando una sola jugada.