La temporada de la NFL está cada día más cerca y es momento de comenzar a especular con qué nos dará un un nuevo año calendario de la liga más bonita del mundo. En este caso, analizaremos los candidatos a terminar siendo la decepción en este 2021.
Los Dolphins tienen una defensiva top y un ataque que si bien no es el mejor por nombres, es completo línea por línea. Las esperanzas de la temporada están puestas en que Tua Tagovailoa de un paso adelante en su desarrollo, y es allí donde los de Flores podrían darse la cabeza contra la pared. No es muy difícil de predecir que todos los ojos estarán puestos en la posición de mariscal esta temporada. Al mismo tiempo, Brissett tampoco es una opción demasiado segura, y en un año en el cual los Dolphins podrían estar peleando por la división con Buffalo, es posible que se ausenten en los playoffs por el ineficiente juego de sus mariscales.
En el imaginario popular, un cuadro de playoffs sin Pittsburgh roza lo inimaginable. La historia manda y, en definitiva, hablamos de una de las dos franquicias más ganadoras, con un QB que va a ir al Hall of Fame y un coach que ya tiene el rótulo de histórico. Por eso, pasa de largo el hecho de que los Steelers se perdieron la postemporada en dos de las últimas tres temporadas.
Tuvieron un excelente inicio de 2020, con 11 triunfos seguidos, pero el nivel cayó sobre el final y, pese al título divisional por aquel envión del comienzo, se despidieron en el primer partido eliminatorio. En 2021, compiten en la AFC Norte con dos equipazos (uno, mi candidato, ya sabrán..). Big Ben ya no es tan Big y la línea ofensiva tiene más problemas que nunca. La defensiva es sólida pero perdió una pieza importante en Bud Dupree. No es necesariamente un mal equipo, pero merodeará el .500 y ni siquiera va a oler de cerca los playoffs.
Los Cardinals comienzan el tercer año tras la llegada de Kliff Kingsbury y Kyler Murray en 2019. El primer año fue de adaptación, y el QB mostró algunos flashes que lo consagraron como el Novato Ofensivo del Año, y con ello las expectativas para 2020 crecieron rápido. Como si fuera poco, el año pasado llegaron algunos refuerzos de jerarquía, incluyendo a Nuk Hopkins, uno de los mejores receptores de la liga. Sin embargo, los Cards perdieron algunos partidos clave y no mostraron gran eficiencia ofensiva en la ofensiva predicada por su HC, combinado con una defensa por momentos endeble.
2021 puede ser un año clave, el entrenador está según muchos medios en el hot seat, y el mariscal empieza a jugarse la renovación de su contrato. El equipo además está jugando al pleno, y trajeron veteranos de gran jerarquía, aunque con ya varios años encima. Entre ellos se destacan el DE JJ Watt, el C Rodney Hudson y el WR AJ Green. Creo, de todas formas, que la combinación de un coaching magro, el hecho de jugar en la NFC Oeste, y todas las presiones antes descriptas, impedirán que Arizona acceda a la postemporada, siendo una decepción para todos sus fans.
La determinación por parte del head coach Vic Fangio en esta semana de que Teddy Bridgewater será el QB titular por sobre Drew Lock es un indicador que hay más dudas que certezas en la franquicia de Denver. Si bien hay calidad de sobra en distintos sectores del campo, en dos lugares muy importantes y específicos no tienen las herramientas necesarias, a mi criterio, para lograr que el equipo sea contendiente: el sideline y en la posición de quarterback.
Vic Fangio ha demostrado ser un excelente coordinador defensivo, pero creo que no da talla para ser un entrenador principal. Sus decisiones en la mayoría de casos son desacertadas y no sabe cómo maximizar el potencial de sus jugadores. En la NFL moderna, sino tenes un gran QB, tus chances de llegar a playoffs se desvanecen. Bridgewater es un mariscal prolijo que comete pocos errores, pero no tiene la capacidad que se necesita para estar ahí arriba en la tabla. Ya se vio en los Panthers y Vikings que cuando estaba en los comandos, sus ataques rondaban la mediocridad. De Drew Lock, dado su talento, se esperaba muchísimo, pero sus intermitencias constantes y su mala ejecución de jugadas hicieron que la confianza en él se desvanezca y que pierda su posición de titular. Fundamentalmente, por estos dos motivos, los Broncos van a tener una temporada para el olvido y van a buscar un QB en el draft 2022.
Los Ravens son un equipo del que siempre se espera mucho, sobre todo luego de descubrir en Lamar Jackson a un jugador más que competente, con sólidas defensas y con un juego terrestre letal. Este año vamos a ver el comienzo del fin para el equipo de Baltimore, donde no solo no alcanzarán los playoffs, sino que también estarán por debajo del .500. La división está imposible, con Browns siendo de los mejores equipos de la liga, Steelers siempre en la pelea y Cincinnati que llegó para quedarse y quiere empezar a asomar la cabeza.
Los Cards tienen una ofensiva con el potencial de ser especial en el juego aéreo, con armas increíbles ayudando a Kyler Murray, pero este equipo no está construido para competir ahora mismo, y es la última temporada en la que el coach Kingsbury tiene una chance de impresionar. No creo que la adición de JJ Watt cambie mucho la situación en Arizona, los Cardinals siguen estando un paso atrás de Seattle, Los Angeles y San Francisco en la NFC Oeste.
La verdad es que Denver tiene un equipo bastante sólido en las líneas importantes, y por eso a priori parece ser que va a poder competir en la complicada AFC Oeste. Sin embargo, tienen problemas en dos de los puestos fundamentales de un equipo: el de QB y el de HC. Respecto al puesto de mariscal, puede que veamos una alternancia entre Bridgewater y Lock de acuerdo a los altibajos en el rendimiento que puedan llegar a tener. Y esto podría afectar a la ofensiva en su conjunto. Respecto a Vic Fangio, es uno de los entrenadores en la silla caliente y una serie de resultados negativos podría poner en cuestión seriamente su puesto comandando al equipo de Mile High.
Los Seahawks demostraron la temporada pasada el equipo ambivalente que son: aún cuando se metieron en playoffs, fueron arrasados por Los Angeles Rams. Los sostiene Russel Wilson, ya que la línea ofensiva está muy lejos de ser de las mejores. La ecuación es simple: si no ganas las trincheras, no ganas en el football, incluso cuando tu QB sea tan talentoso y móvil como lo es Wilson.
Si a todo lo mencionado sumamos el hecho de que la NFC Oeste será una de las divisiones más difíciles, donde tendrán que enfrentarse dos veces este año a los 49ers, Cardinals y Rams, que no nos sorprenda que los Seahawks ni siquiera puedan llegar a postemporada.
Nota realizada por la redacción de No Huddle.