Ya entramos de lleno en modo offseason, pero la NFL no nos da descanso. Por esa razón es que iniciamos esta serie de notas en las que, como dice el título, intentaremos descifrar qué fue lo que no les funcionó a las franquicias la temporada pasada y, por qué no, también encontrar soluciones para mejorar en el corto y mediano plazo. Hoy: New York Jets.
Para todo fanático de los Jets, el 2020 quedará como un recuerdo de esos que guardás en una caja de cosas dolorosas escondida en algún rincón recóndito de tu casa. La franquicia de New York terminó el año de la pandemia con un récord de 2-14, el segundo peor en su historia tras el 1-15 de 1996. Ambas victorias llegarían como un aliciente luego de perder trece partidos consecutivos y cuando todos preveían el fatídico 0-16. Allí fue cuando arañaron dos triunfos en semanas consecutivas frente a Rams y Browns, aunque luego cerrarían con una nueva derrota frente a sus rivales divisionales, New England Patriots.
El segundo año de la dupla Joe Duglas-Adam Gase, como general manager y head coach, respectivamente, fue desastroso por donde se lo analice. Tomando datos de ProFootballReference, los de la Gran Manzana fueron la peor ofensiva rankeada entre las 32 franquicias que conforman la NFL tanto en puntos como en yardas totales por encuentro.
Dichos números resultan llamativos si consideramos el capital de draft y los movimientos que habían hecho en la agencia libre para mejorar ese ataque, desde la selección número dos global de 2018, Sam Darnold, hasta el fichaje de Le'Veon Bell, un RB que llegó con etiqueta de estrella y que poco demostró. Además, en la última offseason habían agregado talento utilizando sus dos primeras rondas en jugadores ofensivos: Mekhi Becton, OT de la Universidad de Louisville, y el receptor de Baylor, Denzel Mims. Luego, otros que también llegaron fueron los linieros Connor MacGovern, George Fant, Josh Andrews y el WR, Breshad Perriman, todos de posteriores flojos rendimientos.
Gase nunca supo poner al equipo a la altura de las exigencias de la NFL. Su cuestionado playcalling, su mala relación con los jugadores y el falso título de QB gurú hicieron que sea despedido a fin de año, puesto que tras quedar vacante fue ahora llenado por Robert Saleh, excoordinador defensivo de San Francisco.
En cuanto a la defensa, que también fue desastrosa, navegaron sin encontrar ningún apoyo para explotar todo lo bueno de otra selección top 3, aunque en este caso del draft de 2019: Quinnen Williams. Esa unidad permitiría un promedio de 28.6 puntos y 387.6 yardas por partido, ubicándose así entre las peores ocho de la liga. Además, su coordinador, Greg Williams, no llegó a terminar el año.
La primera gran decisión a la que se enfrentará el flamante HC, Robert Saleh, será resolver la situación en el puesto de mariscal de campo. Darnold ha mostrado destellos de su talento, pero de la misma manera ha tenido serias falencias en los tres años que lleva en la NFL. Siendo justos con él, nunca ha contado con un supporting cast ni un roster que lo ayude a mejorar para bien, como por ejemplo sí lo ha tenido su compañero de clase, Josh Allen.
Para la temporada 2021, según el sitio Over the Cap, New York se proyecta con un espacio salarial de 67.9 millones de dólares, el segundo más amplio luego de los Jaguars, y bien podrían usarlo para mejorar la posición más importante de este deporte. Dando por hecho que Dak Prescott continuará en los Cowboys, aunque todavía debe resolver su relación contractual con Dallas, este no sería un buen año para intentar encontrar un QB en la agencia libre: Mitch Trubisky, Jacoby Brissett o repatriar al conocido Ryan Fitzpatrick no suenan a soluciones reales para Jets.
La novela de la temporada baja es y seguirá siendo Deshaun Watson, de quien se sabe públicamente que está inconforme con su equipo, Houston Texans. No hay dudas de que más de un hincha de New York estaría de acuerdo en tirar la casa por la ventana para conseguirlo vía trade, pero hoy se ve poco probable.
No sólo la posición de mariscal requiere una revisión, dado que cualquier QB que se ponga bajo centro necesitará de ayuda en el backfield. La lista de RBs agentes libres sí que es más interesante, siendo Aaron Jones la estrella por la que varias franquicias pujarán para hacerse con sus servicios, incluido Green Bay, equipo en el que lució su talento. Como el mejor corredor, los Jets deberían pagarle alrededor de 15 millones anuales si quieren conseguirlo, no obstante, si Joe Douglas decide ahorrarse unos dólares podría apuntar a nombres como Todd Gurley, Mark Ingram, Kenyan Drake o Leonard Fournette, quienes también buscarán un nuevo domicilio en esta offseason.
Otra de las áreas que necesita retoques urgentes es la línea ofensiva, en la cual el único destacado fue el ya mencionado Becton, quien redondeó una sólida temporada de rookie. Quitándolo a él, la unidad fue un desastre, sobre todo el interior de la misma, que permitió un promedio de 27.6% de presiones a su QB y además solamente le dio 2.4 segundos a Darnold para deshacerse del balón antes de ser capturado. Los guardias Brandon Scherff y Joe Thuney, o los centros Corey Linsley y Alex Mack son todos agentes libres sin restricciones que podrían solventar y agregar veteranía y experiencia de manera casi instantánea.
De la misma manera, en el lado defensivo hay mucho por hacer y con Saleh los cambios serán notorios. La primera necesidad será encontrar edge rushers de categoría. Los Jets consiguieron solamente 33 capturas en todo el 2020 y lograron presionar al QB rival en un 21.7% de las veces (se incluyen en esta estadística sacks, QB hits y hurries), siendo así el peor octavo registro de la NFL.
Será tarea difícil llevarse a uno de los mejores posibles fichajes de esta offseason, ya que J.J. Watt ha declarado que su interés se centra en arreglar con algún equipo contendiente al título. Entonces, sacándolo a él de la ecuación, de todas maneras quedan nombres interesantes y más posibles, como Jadeveon Clowney, quien por segunda vez consecutiva irá a la agencia libre, Yannick Ngakoue, Ryan Kerrigan o Solomon Thomas, este último conocido por Saleh ya que lo dirigió en su paso por San Francisco.
La realidad es que hoy, y hasta 2023, Deshaun Watson tiene contrato con los Texans y deberá presentarse en el training camp de Houston. Así pues, Saleh tendrá que tomar una decisión sobre el puesto de QB antes del día del draft. El nuevo entrenador se llevó consigo a Mike LaFleur, el hermano del HC de los Packers, Matt, y lo nombró su coordinador ofensivo.
El inicio de esta nueva era puede llegar a ser determinante para que en el segundo pick global del draft de 2021, New York elija a su mariscal. La decisión sería más sencilla si fuese entre Trevor Lawrence y Sam Darnold, pero como todo indica, el de Clemson se mudará a Jacksonville, dejándole a los Jets dos posibilidades: Justin Fields, de Ohio State, o Zach Wilson, de BYU.
Por otra parte, si piensan que Darnold es el hombre indicado para continuar con el puesto de titular y se gana la confianza del staff, la posibilidad de hacer un trade down con franquicias urgidas por un mariscal (anótense Panthers, Redskins e incluso 49ers, Eagles o Falcons) y acumular más selecciones suena tentadora para el permanente ciclo de reconstrucción al que los Jets de los últimos años nos tiene acostumbrados.
Actualmente, tienen seis picks dentro de los primeros cien del próximo draft:
Con una primera y una tercera ronda extra gracias al intercambio del safety Jamal Adams a los Seahawks, New York podría reforzar su secundaria con un CB en una clase plagada de talento. Así, sus opciones para el pick 23 podrían llegar a ser Jaycee Horn de South Carolina, Eric Stokes de Georgia, Elijah Molden de Washington, Ifeatu Melifonwu de Syracuse o Greg Newsome II de Northwestern. Cualquiera de ellos aliviaría a una secundaria necesitada de buenos jugadores por todos lados.
La DL también deberá reforzarse vía draft, aunque quizás llegue algún refuerzo en la agencia libre. La clase 2021 de las trincheras defensivas y de los edge rushers no es la mejor para hacerlo, sin embargo, hay nombres interesantes como los de Gregory Rosseau, Quincy Roche o Jayson Oweh, quienes tal vez estén disponibles para la segunda selección de primera ronda.
De la misma manera, aun con la llegada de algún RB veterano, el backfield debe ser reestructurado en su totalidad y prospectos top como Najee Harris, de Alabama, o Travis Etienne, de Clemson, son opciones viables si su draft stock cae y están disponibles. El combo Wilson, Rosseau o Horn, y Harris o Etienne para el primer y el segundo día del draft serían selecciones sólidas para la front office neoyorquina.
Joe Douglas y Robert Saleh tienen meses importantes por delante, cuentan con bastantes millones libres en el salary cap y varias selecciones top 100 para rehacer una franquicia que desde hace una década no llega a postemporada. Por el amor que muchos de los fanáticos de la NFL sentimos por el gran Joe Namath, esperamos que dichas decisiones sean las acertadas.
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Colaborador, analista y redactor. Antes participé en NFL Vavel y como invitado en los podcast Frozen Tundra y GoPackGoMx. En 1996, por pura casualidad, sintonicé el Super Bowl XXXI. Los Green Bay Packers levantaban el Vince Lombardi de la mano de Reggie White, Brett Favre y Mike Holmgren contra New England Patriots. A partir de allí, nunca más quise alejarme del football americano y es todo un privilegio para mí contribuir en la cobertura en español de este hermoso deporte.