Tal como si fuera un deja vú, los Washington Commanders fueron el aguafiestas de una temporada perfecta. Esta vez, su víctima fueron los Philadelphia Eagles de Nick Sirianni, por lo que la victoria ante un rival divisional tuvo un gustito extra para sus fans.
Además, los Commanders viajaron a territorio hostil con la mayor proyección de desventaja de toda la campaña. En Las Vegas daban hasta 11 puntos y medio en favor de los Eagles y su récord de 8-0, dándole un poco más de sensación épica al triunfo 32-21 en la Ciudad del Amor Fraternal.
No obstante, este triunfo no fue sorpresa para muchos. Aquellos que llevan registro, prestan atención o tienen buena memoria, recordarán que hace tan solo dos años los de Ron Rivera lograron una hazaña similar. En ese entonces conocido como Washington Football Team, el equipo granate viajó a Heinz Field y selló una enorme remontada 23-17 para poner punto y final a una racha de 11 victorias sin derrotas para los Pittsburgh Steelers.
Alex Smith o Taylor Heinicke, 4-7 o 4-5, jugando bien o no tanto y con la soga al cuello. Los paralelismos entre ambas situaciones son más que notables. Pero quizás, la mayor coincidencia se refiere a la percepción del resto de la liga acerca del invicto perdido.
Los Steelers de 11-0 no convencían, pero ganaban. Sin embargo, se esperaba que era cuestión de tiempo antes de que una defensiva casi perfecta pinchara y que su ofensiva casi inexistente fuera incapaz de mantener la racha. A decir verdad, nadie confiaba en los de Mike Tomlin como contendiente, ni hubo sorpresas al verlos terminar la temporada 12-4 y decir adiós en la ronda de Wild Cards.
Los Eagles de Sirianni, si bien han dominado a casi todos sus rivales con victorias más que contundentes, habían tenido un calendario más bien favorable hasta su revés en la Semana 10. Un triunfo ajustado ante los Lions, luego una victoria frente a Kirk Cousins en horario estelar, seguido por triunfos ante los Commanders con Carson Wentz bajo centro, Jaguars, Cardinals, Cowboys y Steelers.
Con esto no queremos decir que los Eagles perderán 3 de sus próximos 4 partidos y serán la gran decepción de la postemporada. A simple vista tienen un roster mucho más balanceado que el de aquellos Steelers y muchísimo más talento en el costado ofensivo. Pero si la historia es cíclica como se nos ha hecho creer, este triunfo 'salva coaches' para Ron Rivera, en carretera y con dudas en la posición de QB, tal vez este será el inicio del fin para sus rivales divisionales. O tal vez no.
Psicólogo deportivo y redactor desde hace 8 años. Especialista en NBA, NFL y MLB. Colaborador en No Huddle desde 2022.