En deportes, realizar predicciones tiene altas probabilidades de error. Es por eso que intentar predecir, en este caso, si los Dallas Cowboys podrán repetir el título de mejor ofensiva del año, puede representar una tarea difícil.
No obstante, hay elementos concretos, estadísticas en las cuales nos podemos basar para afirmar (o no) que el llamado “America´s Team” repetirá el título esta temporada entrante.
Cada vez que una línea ofensiva pierde un jugador que ha visitado el Pro Bowl en cinco de sus siete años en la liga, sin dudas que va a sentir los efectos de la partida. Eso mismo le sucederá a los Cowboys, ya que Frederick anunció su retiro en marzo.
Dallas ha conseguido durante estos últimos años mantener unas de las líneas ofensivas más dominantes de la liga, motivo por el cual su ataque ha logrado tener muy buenos rendimientos, entre ellos, la excelente temporada pasada. La importancia de la OL fue, es y será prioridad en los Cowboys.
Como conseguirán reponerse de la pérdida de un jugador de este calibre será uno de los factores más importantes en pos de repetir el título de mejor ofensiva, ya sea dándole tiempo al quarterback Dak Prescott, como abriendo huecos para el corredor estrella del equipo, Ezekiel Elliott.
Puede sorprender que en un análisis ofensivo nos detengamos, aunque brevemente, en la defensa. Sin embargo, la capacidad de frenar ofensivas rivales, o no caer en huecos demasiado profundos de puntos temprano en los partidos, le posibilitará al equipo de la estrella solitaria no abandonar la carrera y mantener la ofensiva equilibrada y a las defensivas rivales intentando adivinar qué es lo que le espera en la próxima jugada diagramada por el coordinador ofensivo Kellen Moore.
Es por eso que el hueco creado por la partida de Byron Jones, posiblemente su mejor jugador defensivo después de DeMarcus Lawrence, ha intentado ser llenado a través de las selecciones en el draft de Trevon Diggs y en menor medida de Reggie Robinson II (segunda y cuarta ronda del pasado draft respectivamente). ¿Podrán responder a las expectativas depositadas en ellos y evitar que se sienta la ausencia de Jones? El rendimiento de la defensa, y más específicamente del perímetro de la defensa, depende de ello.
Si el experimento sale mal, o si los jóvenes esquineros tardan en adaptarse a la velocidad de la NFL, puede que los Cowboys, y su ofensiva, paguen por ello.
Los Cowboys estrenan entrenador en jefe esta temporada, y uno de los objetivos es lograr que tanto él como Kellen Moore estén en la misma sintonía lo más rápido posible. Con 431,5 yardas totales por partido conseguidas (mejor de la liga), 134,6 yardas por acarreo por partido (cuarta mejor) y 296,9 yardas por aire por partido (segunda mejor), el joven entrenador ofensivo viene de una primera temporada en el cargo de ensueño.
A estos números impresionantes, el cambio de head coach puede aportar nuevos ingredientes en un intento de repetir el rendimiento esta nueva temporada, más allá de que el ex entrenador de Green Bay ya ha señalado que poco tocará en el playbook a corto plazo.
A corto plazo, puede que la mejoría no se vea de inmediato reflejada en el campo de juego y en los números, lo cual puede contribuir negativamente en el objetivo de repetir como mejor ofensiva en la liga.
A mediano plazo, debe haber pocas personas que no piensen que el cambio de Jason Garrett por Mike McCarthy haya sido para mejor, y que el flamante entrenador que conquistó el Super Bowl con Aaron Rodgers como su mariscal de campo, puede darle el salto de calidad a la franquicia y a la ofensiva que tanto necesita para volver a llegar lejos en playoffs.
Ofensivamente, Dallas tiene variantes en casi todos los puestos. Ya sea en la posición de corredor, con el ya mencionado Ezekiel Elliott a la cabeza, en el cuerpo de receptores, grupo que incluye nombres como Amari Cooper, Michael Gallup y la reciente primera selección del draft CeeDee Lamb, los Cowboys tienen suficiente material como para mantener a los rivales preocupados y para aprovechar eventuales doble marcajes o equipos que intenten frenar la carrera acercando algún profundo a la línea defensiva.
Podemos inclusive nombrar a la reciente contratación de Andy Dalton, ex quarterback de los Cincinatti Bengals, como un excelente reemplazo para Dak Prescott, en caso de que este último no pueda participar de algún encuentro. El recambio es uno de los puntos fuertes para mantener esa ofensiva como la mejor de la liga.
Como vimos anteriormente, con 431,5 yardas por partido el año pasado, Dak Prescott consiguió comandar el mejor ataque de la NFL.
De todas maneras, hay muchos que aún dudan si Dak es el futuro de la franquicia y si merece el suculento contrato que se rumorea que puede llegar a recibir próximamente (Cowboys le ofreció al número cuatro la imponente cifra de 35 millones de dólares por año, en un contrato de cinco años).
El joven mariscal ha demostrado que puede comandar la ofensiva de gran manera, pero ¿puede dar el salto y estar en la conversación entre los cinco mejores en su puesto?
Así como creo que esto es posible en unos años, también estoy convencido de que hoy por hoy no está en esa posición, y quarterbacks como Aaron Rodgers, Drew Brees, Lamar Jackson, el mismo Tom Brady en Tampa Bay y el mariscal del campeón reinante de la NFL, Patrick Mahomes, están hoy varios pasos por encima de Prescott y, junto con sus equipos, en mejores posiciones para esta temporada quedarse con el título de mejor ofensiva.
Dallas Cowboys no repetirán este año el título de mejor ofensiva de la liga, título que quedará en manos de los Baltimore Ravens, pero se mantendrán sin dudas dentro de las diez mejores.
Tienen demasiadas opciones, lo cual los convierte en una pesadilla para cualquier equipo rival, pero van a sufrir del cambio de entrenador en jefe, la partida de Frederick, y dependerá exclusivamente de que Dak Prescott logre convertirse en lo que todos desean en Dallas: el próximo quarterback que los guíe a un nuevo triunfo en el Super Bowl.
Seguidor del deporte de las tackleadas desde 1999, especialista en NFC. Redactor de No Huddle desde 2020.